Con agotamiento físico, mental y emocional

Te despiertas, ves la hora y… ¡oh no!

Te has vuelto a dormir, el insomnio cada vez es más habitual y  no descansas casi nada por las noches .

Las preocupaciones empiezan a invadir tu mente, te sientes con pesadez...   te pasas el día sin energía y sientes dolores  que no entiendes a qué se deben.

Tomas lo primero que encuentras en la cocina para desayunar corriendo.

Ya en el trabajo,  te cuesta concentrarte, estás pensando en otras tareas, en otros problemas y te distraes fácilmente.

Te cuesta lidiar con las situaciones del trabajo, sientes que no tienes la misma creatividad, enfoque y frescura de antes.

De pronto vuelves a sentir dolor en el cuello, los hombros están tensos y en la cabeza duele otra vez, tomas una pastilla como siempre para poder seguir.   

Por la tarde cuando llegas a casa para descansar, te das cuenta de que las preocupaciones te persiguen y no las puedes soltar, te sientes irritable y agotada.

Cenas al lado de tu familia pero tu mente está en otro lugar, muy lejos de allí… sientes tus mandíbulas tensas.        

Intentas dormir temprano para mañana tener más tiempo, pero en el fondo sabes que será igual: sobre exigencia, agotamiento y estrés.

Con calma, energía y buen humor

¡Empiezas un nuevo día  lleno de energía!

Esos 5 minutos diarios de meditación que iniciaste, se notan hasta en tu rostro..     

Además, has comenzado a  estirarte todas las mañanas con una rutina suave de yoga que te hace sentir más ligera y ágil.

Te preparas para  desayunar en familia  y disfrutar de sus sonrisas mientras te cuentas de sus planes del día, hacen un par de bromas de que ya no eres una pitufa o pitufo gruñón, sonríes, te alegra escuchar eso.   

Caes en cuenta que los pensamientos de preocupación ya no te persiguen a todos lados y ahora puedes relajarte mas  

En el trabajo te vuelven a decir, por enésima vez, lo llena de vida que estás e incluso si te has hecho algo en el rostro, que tiene más brillo que nunca.

Tu mismo notas que tienes  la  concentración y la productividad por las nubes .

Por la tarde llegas a casa, disfrutas de un buen libro y hasta tienes más tiempo para compartir en familia y ver esa serie que tanto les gusta. 

Haces unos ejercicios de respiración y una relajación guiada y duermes tranquila, como un bebe, feliz siendo consciente de que mañana será otro día para seguir cultivando buenos hábitos y conquistar tus metas sin sacrificar tu calidad de vida.